lunes, 25 de enero de 2016

Cumpliendo mis expectativas...

Yo no estoy en este mundo para cumplir con las expectativas de los demás.
Tampoco creo que el mundo debe cumplir con las mías
Fritz Perls


La ilusión forma parte de nuestra vida, nos lleva a graficar el futuro y solemos poner nuestra esperanza en la perspectiva de alcanzar el sueño,.
Y me pregunto cómo hacer para poner frialdad, razonamiento, al menos realismo, en el entramado de nuestra expectación.
El primer paso es sentirnos seguros que lo que esperamos no está relacionado con el orgullo de nuestros padres..., o con la gratitud de nuestros hijos...,o con  la satisfacción de nuestros jefes....o con... un largo etcétera.
Que el deseo sea auténticamente nuestro le da validez.




 Y el segundo paso, tan importante como el primero es que dependa de nosotros mismos.

La frustración es muy difícil de sobrellevar, por esa razón cuando tenemos un propósito lo primero que debemos analizar es su probabilidad, cierta, real, medible y alcanzable.
Tomemos nuestros sueños y deseos con ímpetu, analicemos la posibilidad de llevarlos a cabo, despeinemos nuestros miedos y sobrepasemos nuestros límites cuando estemos convencidos de su autenticidad.
Gestionar el cumplimiento de nuestras propias expectativas evita el sufrimiento o el dolor de haber esperado algo mejor que lo obtenido.
Tomar la decisión, dar los pasos necesarios y celebrar lo logrado es la sencilla ecuación.